En una semana donde uno de los temas principales es las expectativas frustradas de las leyes antipiratería promovidas por Sarkozy y que la recientemente nombrada nueva ministra de Cultura, Ángeles González Sinde, quería (o quiere, habrá que ver como mueve ficha tras el fracaso en Francia) importar a nuestro país, quiero dedicar la entrada a la otra lucha antipiratería, aquella que, independientemente o de un modo bastante autónomo respecto a legislaciones y poderes políticos, presentan las productoras, distribuidoras y exhibidoras de cine con nuevas fórmulas e innovaciones técnicas que imposibiliten la copia o que, simplemente, hagan del cine una experiencia única e insustituible por la ofrecida con Internet como proveedor.
Con el término ‘piratería’ no sólo queremos referirnos al fraude consistente en la copia de contenidos con algún tipo de derecho intelectual (música, cine, videojuegos…) para su posterior venta o su distribución “gratuita” por otros medios como Internet; puede ser llevado más allá.
Este delito supone una pérdida de cuantiosos ingresos para las productoras y los autores de los productos copiados pero, además, supone una pérdida para la sociedad. En tanto que piratas, manteros y demás beneficiarios del crimen se lucran a partir de una actitud parásita y de destructivo alcance, evitan además el pago de impuestos e impiden el pago del propiciado por el consumidor potencial que se pierde por la adquisición ilegal del producto por otros medios. Es decir, la parte proporcional de la entrada del cine, del CD de música, de determinado DVD, destinado al Estado y a su Hacienda, merma en inversa cantidad al enriquecimiento del delincuente. Este agujero en las arcas públicas nos supone a todos los ciudadanos una decreciente cantidad de recursos económicos dirigidos a servicios tan básicos como educación y sanidad. Así, tanto grandes como pequeñas productoras, además de responsabilidades en el plano artístico y cultural, también poseen en su dominio repercusiones de tipo social.
En los últimos años, dada esta situación –y centrándonos en el mundo del cine y lo audiovisual– se están promoviendo medidas gubernamentales desde el ministerio de Cultura y los avances técnicos no dejan de aparecer. No obstante, estas iniciativas suponen ingentes inversiones por parte de las compañías de exhibición cinematográficas (las otras grandes afectadas por este asunto, ya que la entrada es cara y todo el mundo posee un reproductor DVD con el que visionar las películas descargadas de Internet) que sólo se arriesgarán a afrontar la inversión en nueva tecnología si a cambio ven una rentabilidad. Dicha rentabilidad se obtendrá exclusivamente (o en la inmensa mayoría de los casos) con las películas producidas por las grandes compañías de cine, aquellas que, ya sea por su calidad, promoción o, en general, calado en la sociedad, hagan una caja que haga equilibrar la balanza. Además, hay que añadir que en el proceso de proceso de grabación del filme y en su post-producción, los gastos pueden verse aumentados cuantiosamente para convertir la película en un producto 3D, con formato IMAX, etcétera.
Por tanto, he aquí algunas de las propuestas con las que atajar el problema de la piratería desde la propia producción de la película, obviando las medidas gubernamentales tales como campañas antipiratería o la imposición de gravámenes como el célebre cánon digital:
– Innovaciones técnicas en las salas de cine: IMAX, Digital HD, Digital 3D, butacas vibratorias, efectos de luces, humo, y agua, así como de olores. Sonidos cada vez más potentes y envolventes, sistemas digitales de audio como el DTS o analógicamente añadidos como los Dolby. Salas de videojuegos y, aún de modo experimental, cine interactivo (aventuras gráficas cinematográficas).
– Sistemas anti-copia en las propias salas: sistemas como el Karina Anticopia, a base de luces infrarrojas, o las proyecciones digitales emitidas a frecuencias diferentes de las que las cámaras de vídeo pueden captar, permiten que la grabación dentro de la sala sea imposible o de una muy mala calidad.
– Promoción, publicidad e industrias derivadas: a mayor cantidad publicitaria, la teoría presupone un mayor volumen de ventas. Además, sobre todo en películas muy comerciales o de público infantil, el apoyo de otras industrias derivadas (como el textil o el de juguetes) puede contribuir a la aceptación y boca-a-boca de la cinta.
– Vigilancia extrema: para evitar el robo de los celuloides tanto en la fase de post-producción o en la de distribución, así como la grabación por el espectador de festivales, preestrenos o pases de prensa. Por ejemplo, en Matrix Reloaded o Harry Potter y
– Estrenos a nivel mundial: retrasan la aparición de copias piratas en los primeros días de proyección. Ejemplos: Matrix Revolutions,
– División de la película en varios volúmenes: para hacer más asequibles cintas de duración excesiva, sin de este modo alterar la calidad de la original. Así, la libertad creativa de los autores no se ve sesgada por los caprichos de la producción y demás inversores. Ejemplo: una película conceptualizada desde su inicio en tres (El Señor de los Anillos) u otras claramente fragmentadas como Kill Bill o la versión de Soderbergh sobre el personaje del Che Guevara.
– Soportes de venta o alquiler en constaten evolución: desde los DVD anticopy de doble capa y los de origen orgánico que se destruyen con el paso de un tiempo; a los nuevos como el Blu-Ray.
– Internet: con el que conseguir difusión de contenido, material extra (imágenes, salvapantallas, iconos para el Messenger…) y la propagación de falsos vídeos, o simples porciones de lo que suponía en un comienzo como una película completa, en los programas de descarga directa (los conocidos como P2P, o sea, Emule, Ares, Bitorrent, etcétera) para desanimar al internauta de dudosas intenciones.
Fuentes principales:
http://es.wikipedia.org/wiki/IMAX
http://www.laverdad.es/murcia/prensa/20061130/murcia/digital-tres-dimensiones-efectos_20061130.html
http://mapocio.com/place.aspx?id=Cine_Sensorial_XpanD_6D
http://nazaretml.blogspot.com/2008/06/mojarte-en-el-cine.html
http://europa.eu/scadplus/leg/es/lvb/l26057a.htm
http://europa.eu/scadplus/leg/es/lvb/l26057.htm
http://www.elpais.com/articulo/cultura/pirateria/digital/siembra/panico/productoras/musica/cine/elpepicul/20030510elpepicul_2/Tes
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