Sin embargo, el ámbito en el que se suceden las más curiosas anécdotas es en el del mundo amoroso. Son innumerables los casos en los que unos novios, el día de su boda (al hablar un poco sobre su pasado y futuro, del cómo ha sido este tiempo y las virtudes de cada uno que han llevado al otro a fijarse en él), confiesan haberse conocido por la internet. También son numerosísimos los casos de parejas virtuales que, viviendo a kilómetros y kilómetros de distancia, se ven de pascuas a ramos o, simplemente, aún no se conocen en persona. Justamente por lo anterior, muchos también han sido engañados con fotos y palabras melosas para cuando, en su sorpresa, se dan cuenta de que tal persona era más fea o más horrible que lo esperado o, aún peor, que era un amigo que te estafaba o un desconocido que se echaba unas risas a tu costa.
Al respecto, existe este vídeo que parodia este ineliminable interés por aparentar ser una mejor y más bella persona, mediante un brusco brote de sinceridad del usuario.
Por todo esto, el amor por internet no es ni de lejos el mejor y más seguro método de conseguir a tu media naranja pero, eso sí, te permite multiplicar exponencialmente las veces en las que lanzar el anzuelo, acrecenta el número de personas a las que conoces y, además, te evita la realización en persona, cara a cara, de procesos tan laboriosos o avergonzantes para algunos como es decirle a un chic@ que te gusta o, a la inversa, que le odias.
Junto a esta razón aparece otra que favorece esta práctica: la teoría de los seis grados de separación. Debido a Internet, estos eslabones se ven reducidos significativamente desde los inicialmente planteados por Frigyes Karinthy en su novela de los años 20, Chains. De lo que se deduce es que, por medio de unas redes sociales que nos interconectan con personas del otro lado del globo con tan sólo un enlace virtual, se puede acabar conociendo y, por tanto, intentando ligar con cualquier persona del globo. De este modo resulta bastante frecuente entablar conversación con algún vecin@ que te cruzas todas las mañanas antes por internet que por la calle.. Tan sólo hace falta tener un amigo y, a partir de ahí, con la lógica del hipervínculo tan característico en internet, podrás llegar a casi cualquier persona que posea un ordenador enganchado a la red.
Esto alienta a cualquiera: ¿quién desprecia un sistema por el que, quién sabe, se puede conocer a la amiga del amigo de Elsa Pataky? Así, junto a las redes típicamente sociales (entre las que se incluyen facebook, tuenti, fotolog) y aquéllas en las que además existen intereses temáticos dispares (MySpace) o definidos (MyChurch o Xing), además de otras propuestas curiosas como la favorecedora de la comunicación intergeneracional abuelosenred.org, y la simuladora virtual Second Life, aparecen las destinadas al contacto con fines románticos, amorosos o, en gran cantidad, sexuales. Éstas últimas páginas proliferan cada día con más fuerza. Tanto, que en España más de 6 millones de usuarios están registrados a alguna de las dos empresas web más importantes de este sector: Match.com y Meetic. Sin embargo, existen muchas más: amorenlared.com, be2.es, dejatequerer.com, granamor.com, friendscout24.es...
Sin embargo, la diferencia de estas webs con las redes sociales "convencionales" es que su uso no es gratuito. El usuario se podrá registrar sin pago alguno pero si posteriormente uno quiere empezar a poner en práctica sus dotes de seductor (o no seductor, según se mire), será el momento en el que se deberá desembolsar unas sumas que oscilan, por mes, entre los 20 y 30 €. Otro factor a tener en cuenta respecto a la tarifa es el sexo del usuario. Mientras que en GranAmor al hombre un mes le saldría por unos 25 euros, a las mujeres se les ofrece el servicio gratuitamente. Esta disparidad conlleva una deducción: los hombres consumen más estos servicios.
Sin embargo, estas webs no van dirigidas, pese a lo que se pudiera pensar, a adultos maduros o a personas sin estudios, dado que su nivel de efectividad es bastante alto. De hecho, las páginas para encontrar pareja tienen cada vez más éxito entre los jóvenes solteros. El perfil del usuario medio corresponde al de una persona de entre 30 y 35 años (y en descenso), con estudios universitarios, internauta habitual y residente en áreas urbanas.
Así que, como ya predijeron Tam Tam Go en su "Atrapados en la red" en la época en la que las redes sociales solon se podían atribuir a los todavía rudimentarios e insulsos chats, el amor en la red es una realidad latente.
Wikipedia
YouTube
http://www.consumer.es/web/es/tecnologia/internet/2007/02/14/159917.php
http://www.elmundo.es/elmundo/2009/02/14/valencia/1234597380.html
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